¿Alguna vez te han desconcertado tus reacciones en las relaciones cercanas? Esta confusión puede deberse a patrones de apego desorganizados. Desentrañémoslo juntos para comprendernos mejor a nosotros mismos y cómo nos relacionamos con los demás.
Lidiar con estilos de apego desorganizados es como tener señales contradictorias en el corazón. Puede que sientas la necesidad de acercarte a alguien, pero de repente quieras salir corriendo en dirección contraria.
Es un poco como una montaña rusa, con altibajos en la forma de enfocar las relaciones. En un momento buscas la cercanía y al siguiente la alejas, atrapado en un ciclo que puede resultar confuso y agotador. Es un estilo que dificulta la confianza y el establecimiento de relaciones adultas estables, pero comprenderlo es el primer paso hacia unas relaciones más sanas.
En este análisis del estilo de apego desorganizado, desenredaremos algunas de estas señales contradictorias. Exploraremos qué se siente, por qué ocurre y cómo alguien puede empezar a sanar y construir relaciones más sanas, incluso cuando su primer instinto podría ser levantar muros o alejar a la gente.
Las personas con un estilo de apego desorganizado (también conocido como apego temeroso-evitativo o apego ansioso-evitativo) suelen mostrar una compleja serie de características propias de comportamiento que pueden resultar desconcertantes tanto para ellas mismas como para quienes las rodean. He aquí algunas características clave:
El apego desorganizado, uno de los tres estilos de apego inseguro, suele surgir de las experiencias del niño con sus cuidadores o con una figura de apego primaria que responde de forma impredecible o atemorizante.
Esta incoherencia crea una situación confusa para el niño, en la que la fuente de seguridad es también una fuente de miedo. Estos son los factores clave que contribuyen al desarrollo del apego desorganizado:
Los niños desarrollan un apego desorganizado cuando una figura de apego en su vida fluctúa de forma impredecible entre la calidez y la receptividad al desapego o la negligencia.
Esta incoherencia deja al niño sin una estrategia clara para satisfacer sus necesidades, lo que provoca confusión y ansiedad sobre cómo abordar las relaciones románticas.
La exposición a acontecimientos traumáticos, incluido el abuso emocional, físico o sexual por parte de un cuidador, puede provocar un apego desorganizado.
En estos casos, la inclinación natural del niño a buscar el consuelo de un cuidador se complica por el miedo y el dolor asociados al maltrato, lo que crea un enfoque desorganizado de las relaciones de apego.
Los niños también pueden desarrollar un apego desorganizado cuando sus cuidadores tienen traumas o pérdidas sin resolver. El comportamiento del cuidador puede estar influido por sus propios problemas no resueltos, lo que da lugar a un comportamiento errático o atemorizante que el niño no puede comprender ni predecir.
Cuando los cuidadores no están disponibles emocionalmente o no responden a las necesidades físicas o emocionales del niño, especialmente en momentos de angustia, pueden contribuir a un estilo de apego desorganizado.
El niño aprende que no dispone de apoyo emocional cuando lo necesita, lo que provoca confusión y desconfianza a la hora de establecer relaciones sanas.
La teoría del apego postula que nuestras relaciones tempranas con los cuidadores constituyen la base de nuestros estilos de apego: patrones de pensamiento, sentimiento y comportamiento en las relaciones.
Más allá de los apegos desorganizado y ansioso, el espectro incluye los estilos seguro, evitativo e inseguro, cada uno con características distintas, muchas de las cuales pueden considerarse un estilo de apego insano.
"Si un organismo está atascado en el modo de supervivencia, sus energías se centran en luchar contra enemigos invisibles, lo que no deja espacio para la crianza, el cuidado y el amor. Para nosotros, los humanos, significa que mientras la mente esté defendiéndose de asaltos invisibles, nuestros vínculos más estrechos se ven amenazados, junto con nuestra capacidad de imaginar, planificar, jugar, aprender y prestar atención a las necesidades de los demás." - Bessel A. van der Kolk, The Body Keeps the Score: Brain, Mind, and Body in the Healing of Trauma.
Cuando tienes un estilo de apego desorganizado, ciertas cosas pueden desencadenar realmente esos sentimientos enredados en tu interior.
Si alguien cercano a ti cambia su forma de actuar contigo -un día es muy cariñoso y al siguiente frío-, puede desconcertarte. Este vaivén puede recordarte a las señales contradictorias que recibías cuando eras pequeño, lo que hace que te resulte muy difícil sentirte estable y seguro con esa persona.
Las situaciones de mucho estrés, ya sean cosas del trabajo, retos personales o simplemente la rutina diaria, pueden ponerte a prueba. Cuando las cosas se ponen demasiado difíciles, puedes volver a sentirte abrumado, como cuando eras pequeño.
En esos momentos, es posible que oscile entre querer que alguien lo mejore todo y sentir que tiene que arreglárselas solo.
Abrirse y compartir con alguien lo más profundo de uno mismo puede dar miedo. Cuanto más te acercas a alguien, más fuerte empieza a sonar esa vocecita en tu interior que teme salir herida. Es una extraña mezcla de querer esa cercanía pero tenerle miedo por cómo fueron las cosas en el pasado.
Es muy importante darse cuenta de cuándo empiezan a afectarte este tipo de cosas. Se trata de ver esos momentos por lo que son y saber que están despertando viejos sentimientos. Es un paso adelante para descubrir cómo manejar esos sentimientos de una forma que te haga sentir bien, ayudándote a construir el tipo de relaciones que realmente quieres.
Salir con un estilo de apego inseguro puede ser como navegar por un campo de minas emocional. Tu corazón desea encontrar el amor y la conexión, pero una parte de ti se prepara para lo peor. Esta mezcla de deseo de intimar y miedo a la intimidad define el estilo de apego desorganizado o inseguro.
Pero no te preocupes, tener citas con este tipo de apego no es imposible. Aquí tienes algunos consejos sobre cómo desenvolverte en el mundo de las citas cuando luchas con estas inseguridades:
La comunicación abierta y sincera es clave en cualquier relación, pero resulta especialmente crucial cuando se trata de inseguridades. Sé sincero con tu pareja sobre tus sentimientos y temores.
Está bien decir que te sientes vulnerable. Este tipo de sinceridad puede reforzar tu conexión.
Es esencial conocer tus límites y comunicárselos claramente a tu pareja. Los límites no consisten en alejar a alguien, sino en asegurarse de que ambos estáis cómodos y de que se satisfacen vuestras necesidades. Esta claridad puede ayudar a reducir la imprevisibilidad que desencadena tus reacciones de apego inseguro.
Enfrentarse a un estilo de apego inseguro puede ser difícil, y no hay que avergonzarse por buscar ayuda. Ya sea hablando con un terapeuta que entienda la teoría del apego o pidiendo consejo a amigos de confianza, contar con un sistema de apoyo puede marcar la diferencia.
No te sientas presionado a ir al ritmo de los demás. Es importante que vayas a la velocidad que te parezca adecuada. Si necesitas tomarte las cosas con calma para generar confianza y sentirte seguro, cualquier pareja que se precie lo entenderá y lo respetará.
Intenta que las heridas del pasado no determinen tu relación actual. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero centrarse en el presente y hacer las cosas paso a paso puede ayudarte a construir un vínculo más sano y seguro con tu pareja.
Salir con un estilo de apego inseguro o desorganizado no siempre es fácil, pero definitivamente es posible construir relaciones significativas y amorosas. Requiere autoconocimiento, comunicación y un poco de valentía, pero el resultado -una conexión segura y satisfactoria- merece la pena.
Aunque un estilo de apego desorganizado puede plantear dificultades a la hora de establecer y mantener relaciones conectadas y sanas, también ofrece una oportunidad única de crecimiento.
Afrontando y comprendiendo tus miedos, aprendiendo a comunicar tus necesidades con eficacia y practicando la autocompasión, puedes empezar a reescribir la narrativa de tus relaciones.
Este viaje consiste en sentar las bases de la confianza en uno mismo y en los demás, y avanzar gradualmente hacia relaciones basadas en el respeto mutuo, la comprensión y la intimidad auténtica.
Las personas con apego desorganizado pueden mostrar una mezcla de comportamientos o estados mentales contradictorios, como un intenso deseo de cercanía seguido de retraimiento, dificultad para confiar en los demás, sensibilidad al rechazo e imprevisibilidad en sus respuestas emocionales.
Suelen tener dificultades para ver las relaciones como una fuente de consuelo y de miedo a la vez.
Para las personas con apego desorganizado, las relaciones pueden sentirse como atrapadas en una tormenta de emociones contradictorias. Existe una lucha constante entre la necesidad de intimidad y el miedo a acercarse demasiado, lo que provoca sentimientos de confusión, ansiedad e impotencia en las relaciones íntimas.
Las complejidades en la expresión del amor pueden ser a menudo signos de un apego desorganizado o de un estilo de apego temeroso-evitativo. Los que tenemos estos patrones de apego podemos tener dificultades para regular nuestras emociones y comportamientos en las relaciones, lo que nos lleva a muestras de afecto incoherentes o contradictorias mientras luchamos con conflictos internos y temores en torno a la cercanía y la dependencia.
El apego en los adultos | Wikipedia
Teoría del apego: A Guide to Strengthening the Relationships in Your Life | Thais Gibson
The Body Keeps the Score: Brain, Mind, and Body in the Healing of Trauma | Bessel van der Kolk, M.D.
Abrázame fuerte: Siete conversaciones para una vida de amor | Dr. Sue Johnson
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