El estrés en el lugar de trabajo es algo habitual para la mayoría de los empleados, sea cual sea su ámbito laboral. Este estrés puede derivarse de la propia naturaleza del trabajo o de cosas como la inseguridad laboral. Aprender a gestionar y utilizar este estrés para prosperar es crucial para el bienestar.
El estrés laboral afecta a personas de todos los niveles organizativos, desde directores generales y ejecutivos hasta directivos y todos los miembros del equipo.
Este tipo de estrés puede deberse a diversos factores, como largas jornadas laborales, carga de trabajo excesiva, plazos poco realistas y exigencias laborales contradictorias en el lugar de trabajo.
Independientemente de la posición que se ocupe en la empresa, el estrés laboral puede afectar significativamente al bienestar mental y emocional de una persona. Crea retos en el ámbito profesional y se extiende a la vida personal, afectando a la salud física, la estabilidad emocional, las relaciones sociales y el desarrollo general de la carrera profesional.
Comprender y gestionar el estrés laboral es crucial para todos, ya que desempeña un papel clave en el mantenimiento de un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal y garantiza el crecimiento personal y profesional.
El estrés en el lugar de trabajo puede deberse a diversos factores, lo que crea un entorno difícil para los empleados.
Una causa importante es la excesiva carga de trabajo. Cuando los empleados se enfrentan constantemente a grandes volúmenes de tareas y plazos ajustados, pueden sentirse abrumados y presionados e incapaces de gestionar el estrés con eficacia.
Esta exigencia de productividad puede contribuir al estrés, ya que las personas se esfuerzan por cumplir o superar las expectativas.
Otra causa común de estrés laboral es la falta de control o autonomía. Los empleados que se sienten microdirigidos o tienen poca influencia en sus procesos de trabajo pueden experimentar mayores niveles de estrés.
El sentido de autonomía es crucial para fomentar un entorno de trabajo saludable y capacitar a las personas para tomar decisiones que repercutan en sus tareas y responsabilidades.
Las malas relaciones interpersonales en el lugar de trabajo también pueden ser una fuente de estrés. Los conflictos con los compañeros, la falta de trabajo en equipo o una dirección poco solidaria pueden crear un ambiente tenso.
La necesidad de interacciones sociales positivas en el trabajo es vital, y cuando este elemento falta, puede contribuir significativamente al estrés.
Los cambios organizativos y la seguridad laboral pueden ser factores adicionales de estrés. Las reestructuraciones, los despidos y la mala comunicación sobre la dirección de la empresa pueden provocar inestabilidad y ansiedad entre los empleados.
La comunicación clara y la transparencia durante el cambio son cruciales para gestionar y mitigar el estrés.
La falta de equilibrio entre la vida profesional y personal es otra causa importante de estrés laboral. Cuando los límites entre la vida profesional y la personal se difuminan, los empleados pueden tener dificultades para desconectar del trabajo, lo que conduce al agotamiento.
Los empresarios desempeñan un papel crucial en el fomento de un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal, respetando el tiempo de los empleados fuera de las horas de trabajo.
Las investigaciones sugieren que encontrar un sentido o sentirse apreciado en lo que hacemos puede repercutir significativamente en nuestro bienestar y satisfacción laboral. Cuando las personas no consiguen conectar con el propósito o la contribución de su trabajo, o cuando carecen de los retos y las oportunidades de crecimiento que buscan, pueden sufrir estrés crónico, agotamiento y falta de satisfacción laboral.
Aunque no siempre es posible tener el privilegio de hacer un trabajo que se alinee perfectamente con nuestras pasiones, reconocer y valorar la contribución de cada persona en cualquier función puede mejorar significativamente su sensación de satisfacción y reducir el riesgo de agotamiento.
Unos recursos y un apoyo inadecuados también pueden contribuir al estrés. Cuando los empleados necesitan las herramientas, la formación o el apoyo necesarios para realizar su trabajo con eficacia, pueden aparecer la frustración y el estrés.
Proporcionar a los compañeros los recursos necesarios y fomentar un entorno laboral de apoyo es esencial para prevenir este tipo de estrés.
Abordar estas causas requiere un enfoque holístico que implique a empresarios y empleados en la creación de un lugar de trabajo que promueva un equilibrio saludable, una comunicación clara y relaciones de apoyo.
Las organizaciones pueden cultivar un entorno de trabajo positivo y productivo identificando y mitigando estos factores de estrés en el comportamiento organizativo.
El estrés laboral existe en dos formas: el estrés positivo, que aumenta la productividad, y el estrés negativo, que provoca problemas crónicos.
El estrés positivo, a menudo impulsado por la hormona del estrés cortisol, puede motivar a las personas altamente cualificadas y con talento a superar retos y alcanzar el éxito.
Este estrés transitorio puede potenciar la salud emocional y la productividad si se gestiona correctamente.
Por el contrario, el estrés crónico en el lugar de trabajo puede tener efectos perjudiciales. La exposición prolongada a niveles elevados de estrés puede provocar graves problemas de salud:
Este estrés excesivo se caracteriza por una sensación de presión persistente y abrumadora, que contribuye al agotamiento y a los trastornos emocionales a largo plazo.
La clave está en equilibrar estos tipos de estrés. Aunque el estrés positivo puede ser un catalizador de los logros, hay que abordar la carga persistente del estrés crónico.
Empresarios y empleados deben trabajar juntos para identificar los factores estresantes y aplicar estrategias que mitiguen los efectos negativos del estrés laboral.
De este modo, pueden promover un entorno de trabajo más saludable y productivo que respete la delgada línea que separa el estrés beneficioso del perjudicial.
La fatiga de decisión es un fenómeno que afecta tanto a empresarios como a empleados, derivado de la incesante exigencia de tomar numerosas decisiones a diario, independientemente de su magnitud.
Para los empresarios, esto implica a menudo gestionar consultas y tomar decisiones que afectan a empleados, inversores, clientes y a la dirección general de la empresa.
Del mismo modo, los empleados se enfrentan a decisiones relacionadas con sus tareas laborales, la dinámica de equipo y el equilibrio personal entre trabajo y vida privada.
Aunque individualmente son pequeñas, estas decisiones pueden acumularse y pasar una factura significativa, especialmente en entornos de alto estrés y exigencia.
Con el tiempo, esta toma de decisiones constante puede conducir a la fatiga de decisión, que se manifiesta en diversos resultados negativos que afectan a los ámbitos personal y profesional. Entre ellos se incluyen:
Una consecuencia notable del estrés percibido es la posible disminución del rendimiento general en el trabajo.
Cuando el estrés se convierte en un compañero constante en el lugar de trabajo, puede afectar a la concentración, la capacidad de toma de decisiones y la creatividad. Los empleados pueden necesitar ayuda para mantener la concentración en las tareas, lo que conduce a una disminución de la productividad.
Además, la presión persistente puede contribuir a generar sentimientos de agotamiento, lo que en última instancia afecta a la satisfacción y la moral en el trabajo.
Empresarios y empleados deben reconocer la importancia de abordar y gestionar el estrés laboral para mantener un entorno de trabajo saludable y productivo.
La respuesta del organismo al estrés crónico puede provocar diversos problemas de salud, como dolores de cabeza, tensión muscular y trastornos del sueño. Con el tiempo, el aumento de cortisol, la hormona del estrés, puede contribuir a afecciones más graves, como problemas cardiovasculares y debilitamiento de la función inmunitaria.
Las exigencias y presiones del trabajo pueden conducir a mecanismos de afrontamiento poco saludables, como malos hábitos alimentarios, falta de ejercicio y mayor dependencia de sustancias como la cafeína o la nicotina.
Reconocer la conexión entre el estrés laboral y los problemas de salud física y mental es crucial, ya que abordar estas cuestiones beneficia el bienestar del individuo y contribuye a una mano de obra más resistente y saludable.
Combatir el estrés laboral es esencial para mantener un entorno de trabajo saludable y productivo. Empresarios y empleados pueden adoptar varias medidas proactivas y estrategias de prevención para abordar y aliviar el estrés:
Las organizaciones pueden crear una cultura del trabajo más resistente y positiva abordando el estrés relacionado con el trabajo, lo que beneficia al bienestar de los empleados y al éxito general de la empresa.
Cada vez más trabajadores, ya sea a distancia, en la oficina o en un entorno de trabajo híbrido, se sienten estresados en el trabajo, lo que les afecta negativamente. Las cosas se están volviendo abrumadoras, y manejar el estrés en esos momentos puede ser difícil.
Tanto los empleados como los directivos deben aprender a afrontar el estrés en el trabajo y hacerlo por su bienestar general. Demasiado estrés laboral puede perjudicar la salud física y mental, como ya se ha mencionado, si no se aborda.
En épocas como ésta, cuando uno se enfrenta a una cantidad de estrés sin precedentes en el trabajo o a una tensión y ansiedad innecesarias por miedo a perder el empleo, es muy fácil asumir demasiadas cosas y acabar quemándose.
Al llegar a ese punto, cuando estamos quemados, podemos experimentar sentimientos como no disfrutar ya de nada o saber que hay que hacer algo pero no podemos completarlo.
Comunicar el estrés laboral y cómo afecta a la salud de los empleados es crucial para controlarlo.
Es importante identificar las causas del estrés en el trabajo y dar un paso atrás para comprender cómo aliviarlo.
El estrés laboral es habitual, y hay que saber manejarlo adecuadamente. Tomarse tiempo libre en el trabajo, hacer ejercicio, meditar y ejercicios de respiración son formas estupendas de reducir el estrés y calmar el sistema nervioso.
Permanecer en el momento presente durante una situación estresante concentrándose en la respiración y retirándose puede favorecer el bienestar.
El diálogo abierto con colegas de confianza o redes de apoyo como RRHH fomenta un entorno en el que se anima a compartir necesidades y preocupaciones.
El estrés en el trabajo puede manifestarse de distintas maneras, dependiendo de la persona. Puede manifestarse en síntomas como dolores de cabeza frecuentes, tensión muscular, mala calidad del sueño, hipertensión arterial y fatiga.
Los síntomas del estrés también pueden manifestarse en el comportamiento y las emociones: dificultad para concentrarse, mal genio, irritabilidad, ansiedad, preocupación excesiva, sensación de agobio frecuente, agotamiento y baja moral.
El estrés puede afectar a nuestra forma de trabajar. El absentismo, caracterizado por faltar al trabajo debido a problemas de salud relacionados con el estrés, y el presentismo, en el que estamos físicamente presentes pero no plenamente comprometidos, suelen tener su origen en el estrés. Cuando el estrés pesa sobre nosotros, nuestra capacidad de concentración y rendimiento puede disminuir considerablemente.
Exprese sus preocupaciones, dé su opinión y discuta los retos en el lugar de trabajo para promover una comunicación abierta.
Pide que te definan las exigencias del puesto y las funciones y expectativas cuando te sientas inseguro.
Tómese los descansos necesarios y comuníquese tomándose un tiempo para sí mismo con otros compañeros.
Y lo que es más importante, modele el equilibrio entre trabajo y vida privada estableciendo límites claros con sus compañeros.
Estrés laboral: A Silent Killer of Employee Health and Productivity | Corporate Wellness.
CCOHS: Estrés laboral - General
Cómo manejar el estrés en el trabajo - Harvard Health
Estrés laboral: Un aspecto desatendido del bienestar de la salud mental - PMC
Vencer el estrés en el trabajo
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