La amabilidad es un comportamiento caracterizado por la generosidad, la ayuda y la consideración sin esperar nada a cambio. Es una cualidad positiva, sana y fácil de ser. La amabilidad no siempre es igual para todos; su definición, aunque similar, es subjetiva.
La amabilidad también puede conocerse como muchos otros conceptos. Algunos sinónimos son humanidad, paciencia, consideración, benevolencia, compasión o solicitud. Estos sinónimos de bondad demuestran que la bondad está en todas partes, en todas las formas y tamaños.
La bondad humana y la importancia de actuar así se han reforzado una y otra vez desde una edad muy temprana. Los seres humanos aprenden a compartir con los demás, a cuidar de los demás y a tener siempre en cuenta los pensamientos y sentimientos de los demás. Un defecto en la educación de los jóvenes sería la falta de enseñanza sobre la amabilidad con uno mismo.
Aunque es importante, ser amable con los demás no es la única forma de demostrar amabilidad. Ser amable con uno mismo es igual de importante. Ser amable con uno mismo a través del autocuidado, la autoconversación positiva y la amabilidad en general es vital para una salud mental y una autoestima positivas.
Puede ser muy fácil hablar mal de uno mismo y tener pensamientos negativos sobre cosas como la personalidad, el aspecto, la vida, etc. Estos pensamientos y palabras negativas pueden provocar una reacción en cadena, hacer que una persona entre en una espiral que acabe desembocando en un círculo vicioso de negatividad. Debería enseñarse y reforzarse que la forma en que una persona se habla a sí misma es tan importante como la forma en que se dirige a los demás.
Ser amable con uno mismo puede ser difícil; los seres humanos pasamos cada minuto del día con nosotros mismos, lo que nos deja mucho tiempo para criticar nuestros propios defectos. Una forma fácil de practicar la amabilidad con uno mismo es la gratitud y hablar en positivo.
Cuando se habla negativamente a uno mismo, es útil preguntarse: "¿es ésta la forma de hablar a un amigo, un familiar o un vecino?". La respuesta suele ser no; nadie debería hablarse a sí mismo de forma grosera, negativa o condescendiente. Al hacerse esta pregunta, las propias palabras y pensamientos de una persona hacia sí misma se ponen en mayor perspectiva.
Físicamente, los seres humanos responden a la bondad y dependen de las relaciones amables con los demás. El acto bondadoso de un padre de alimentar a su hijo y mantenerlo favorece la supervivencia y afecta positivamente a recién nacidos y niños.
Incluso se ha demostrado que la amabilidad a través del tacto físico activa positivamente cierta parte del sistema nervioso. Se ha demostrado que un abrazo amable y cariñoso de alguien activa la corteza cerebral y hace que uno se sienta seguro, relajado, tranquilo y en paz. La amabilidad a través del tacto pone al ser humano en el estado opuesto al de lucha o huida. Esto tiene un efecto positivo general en el bienestar físico y mental.
Se ha demostrado que la sociedad es más feliz y mejora los factores económicos y la satisfacción vital de sus miembros cuando se aplica la amabilidad. La confianza y el apoyo social son saludables para una sociedad, mejoran su funcionalidad y dan mayor esperanza a sus miembros.
La amabilidad es algo que tiene efectos tanto físicos como mentales en los seres humanos. Físicamente, ser amable con los demás y con uno mismo puede aumentar la autoestima, la empatía y la compasión. También puede mejorar el estado de ánimo, aumentando la felicidad y la positividad.
Las investigaciones han demostrado que incluso un pequeño acto de amabilidad puede disminuir la presión arterial y el cortisol. El cortisol es una hormona del estrés; el estrés físico puede disminuir aumentando los actos de amabilidad. Se sabe que las personas amables tienen una vida más larga, más sana y más positiva.
Mentalmente, se ha demostrado que la amabilidad aumenta los niveles de serotonina y dopamina, hormonas de la felicidad. Ser amable todos los días proporciona una sensación de satisfacción y buenos sentimientos en general. Este efecto puede, a su vez, crear un ciclo positivo: al ser más amable con regularidad, la felicidad aumenta y fomenta la amabilidad a cambio.
Al igual que los pensamientos y sentimientos negativos tienen un efecto dominó, la amabilidad y los buenos sentimientos siguen el mismo patrón. Los actos cotidianos de bondad crean una reacción en cadena positiva de pensamientos, sentimientos y acciones felices.
Aunque es inherente al ser humano, ser amable puede resultar difícil cada día. Con una vida ajetreada y un millón de cosas en la lista de tareas pendientes, cometer un acto de bondad puede ser lo último en lo que pensar.
Como muchas otras cosas en la vida, la práctica puede ayudar a perfeccionar la capacidad de ser amable. Practicar y repetir la amabilidad a diario puede convertirse en un hábito y cosechar sus efectos positivos.
Una forma de practicar la bondad es escribir cada mañana una muestra de bondad que pueda aplicarse a lo largo del día. Pueden ser buenas acciones o palabras amables. No importa lo grande o pequeño que sea el acto, la amabilidad tendrá efectos positivos.
La práctica diaria de la amabilidad puede incluir dedicar una sonrisa a un desconocido en la calle, tener sinceridad al hablar con los demás y hacer cumplidos a compañeros y seres queridos.
Ser amable con uno mismo requiere aún más práctica; los pensamientos y sentimientos negativos internos suelen pasar desapercibidos. Hacer un esfuerzo consciente para ser consciente de estos pensamientos y reformularlos para que sean positivos requiere práctica. Reformular los pensamientos hacia uno mismo para que sean amables puede ser un reto, pero al final resulta muy gratificante.
Mucha gente piensa que la amabilidad requiere un gran esfuerzo. Afortunadamente, no es así. La amabilidad viene en todas las formas y tamaños. Ningún acto es demasiado grande o demasiado pequeño; todos inspirarán un sentimiento positivo y, en última instancia, son una gran recompensa.
Hay infinitas formas de mostrar bondad. Se puede mostrar una gran bondad donando a refugios para personas sin hogar y dedicando tiempo como voluntario a diversas organizaciones. Estas son formas de demostrar bondad y marcar la diferencia en el mundo.
Muchos actos de bondad se realizan de forma "solidaria". Alguien que paga el pedido de la persona que está detrás de él en una cafetería local suele animar a esa persona a hacer lo mismo con los desconocidos que le rodean.
Un pequeño acto de bondad es tanto o más importante que grandes muestras de bondad. El mundo se nutre de las pequeñas cosas que hacen los seres humanos para crear un entorno de bondad y positividad.
Sonreír a desconocidos, abrir la puerta a alguien, dejar que un coche se incorpore al carril en hora punta. Todas estas acciones, aunque pequeñas, tienen un enorme impacto en las personas y en la humanidad. Crean un bucle positivo de amabilidad y generan positividad en todas las circunstancias.
La amabilidad se muestra a los niños desde pequeños; los niños aprenden a compartir con los demás, a decir palabras amables a quienes les rodean y cuándo disculparse. Muchos artículos de investigación profundizan aún más en la bondad y pueden ayudarte a aprender sobre ella. Los recursos enlazados a continuación son un buen punto de partida, uno de los cuales es la meditación del amor amable.
La bondad es importante porque genera positividad, respeto y otras grandes cualidades. Sus efectos positivos benefician a los seres humanos a largo plazo y ayudan a eliminar la negatividad de la vida cotidiana. Afecta positivamente a los demás, y la amabilidad hacia uno mismo aumenta enormemente la realización personal y el bienestar general. Realizar actos de bondad puede darte una sensación de positividad y mayor bienestar.
Ser amable con uno mismo empieza por reconocer los pensamientos negativos y reformularlos para que sean positivos es un punto de partida. Desde un punto de vista práctico, los individuos pueden beneficiarse de escribir las cosas que aman de sí mismos, las cosas por las que están agradecidos, los actos de bondad que pueden realizar cada día y los planes para demostrar bondad tanto al mundo como a uno mismo.
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